Felipe II era hijo de Carlos I de España e Isabel de Portugal. Reinó entre 1527 y 1598.

Cuando Felipe II estaba con la dolorosa gota, tuvo en su aposento varias reliquias de santos para así poder recuperarse de los dolores que sufría. Las besaba y se las frotaba por la pierna enferma.
Antes de su fallecimiento, Felipe II mandó abrir el féretro de su padre para estudiar como fue amortajado ya que el quería estar igual que su padre Carlos V. Ordenó construir un féretro especial de plomo con cierre hermético, luego dicho féretro iría a otro diferente de madera, en especial el árbol del paraíso.
Fallecido Felipe II, se abrió el testamento y según sus peticiones, se tuvieron que celebrar 62.500 misas, 6 misas diarias, más de 24 réquiem en los aniversarios de su nacimiento y muerte. Su última petición, tenía que haber dos frailes jerónimos rezando en su tumba.
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