El creador e inventor de la silla eléctrica fue Georges Westinghouse, nacido el 6 de octubre de 1846 y fallecido el 12 de marzo de 1914 a los 67 años.

Todo comenzó cuando Westinghouse quiso instalar en las ciudades de Estados Unidos un sistema eléctrico de alta tensión conducido por cables más finos. Esta idea no gustó demasiado a Thomas Alva Edison y sugirió usar corriente de baja tensión con cables subterráneos.
Instalado el sistema de Westinghouse, uno de sus obreros sufrió una descarga y murió electrocutado. A raíz de esa fatídica muerte, se organiza un espectáculo de feria donde la gente pagaba para ver el show, situado en un barracón con un aparato de corriente alterna usándolo en perros y gatos. A los animales se les afeitaba unos trozos de piel donde iban a ponerles los electrodos, tras realizar la descarga, fallecían en el acto.
El primer condenado a la silla eléctrica fue el asesino William Kemmler en la ciudad de Buffalo. Tras ordenarlo el gobernador del Estado, Westinghouse se negó a usar su invento con Kemmler. Tras la polémica, la vida de Kemmler fue llevada a la silla eléctrica el 6 de agosto de 1890. Le colocaron los electrodos en la pierna y la columna vertebral. Tras la ejecución, fueron a comprobar si Kemmler estaba muerto, al ver que seguía con vida, usaron más energía, osea 1.700 voltios lo que le causó al final la muerte.
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