La Picota fue una técnica de ejecución entre los pueblos y ciudades de la antigua Europa.

Consistía en una madera con un hueco central para la cabeza y dos huecos laterales para las manos.
La Picota se instalaba en las plazas. La mayoría de las personas que eran condenadas a la Picota eran acusadas por pequeños delitos como robar o vender comida en mal estado.
Los condenados solían recibir humillaciones o linchamientos tirándoles objetos, comida podrida, tripas de animales, animales muertos, heces incluido piedras y ladrillos.
Si el castigo a los condenados era más grave, las autoridades cortaban las orejas o los dedos al acusado.
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