La decapitación con hacha fue un método de ejecución muy frecuente en la antigüedad. El ejecutor movía el hacha usando toda su fuerza. Este método se solía reservar para ejecutar a nobles y aristócratas.

El caso más conocido por decapitación con hacha fue la Condesa de Salisbury, Margaret Pole en 1541. Fue acusada de traición. Su decapitación llevó su tiempo ya que la condesa desafió a su ejecutor diciéndole de manera provocativa “Si quieres mi cabeza, tendrás que ir a buscarla”. El ejecutor persiguió a la condesa, intentó darla con el hacha en repetidas ocasiones hasta que finalmente acabó con ella.
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